ENG/ Art has always been a laboratory of emotions. The means to express these emotions are inevitably multidisciplinary. The decontextualization of natural materials such as human hair or wasps' nests, as well as the symbols and characters that mark Western culture and history after an arduous research process, endow the work with multiple readings.
The conversation that is established between the artist and the viewer is intimate in the small-scale works, while it screams in those of large format. I have always thought that this contrast of sizes is a faithful reflection of the evolution of my art, which sometimes speaks from almost secret biographical experiences, and other times echoes collective speeches. From a political and social perspective, my artworks play with the beautiful and the grotesque, with the attractive and repulsive, with the Uncanny feeling that the Surrealists worked so hard on, but brought to the 21st century.
In the end, the coexistence of the individual and the collective, the private and the public, are inextricably linked in a world connected by social networks, where the limits of these two concepts are constantly blurred.
ESP/ El arte siempre ha sido un laboratorio de emociones. Y los medios para expresar estas emociones son inevitablemente multidisciplinares en mi obra. La descontextualización de materiales naturales como el cabello humano o los avisperos, así como los símbolos y personajes que marcan la cultura y la historia occidentales tras un arduo proceso de investigación, dotan a la obra de múltiples lecturas.
La conversación que se establece entre el artista y el espectador es íntima en las obras de pequeña escala, mientras que grita en las de gran formato. Siempre he pensado que este contraste de tamaños es un fiel reflejo de la evolución de mi arte, que a veces habla desde experiencias biográficas casi secretas, y otras veces se hace eco de discursos masivos emitidos en todos los canales de noticias. Desde una perspectiva política y social, mis obras juegan con lo bello y lo grotesco, con la atracción y la repulsión, con aquella sensación de Uncanny que tanto trabajaron los Surrealistas, pero traída al siglo XXI.
Al final, la convivencia de lo individual y lo colectivo, lo privado y lo público, están indisolublemente ligados en un mundo conectado por las redes sociales, donde los límites de estos dos conceptos se desdibujan constantemente.